Psoriasis en Panamá - Impacto en la Calidad de Vida del Paciente con Psoriasis
La piel es un órgano en constante renovación, es mucho más que un simple envoltorio. Es el órgano vivo más pesado (de 3 a 4 kg) y el más amplio del cuerpo humano (de 1.5 a 2 m2). A través de la piel percibimos el mundo y por medio de ella, nos percibe ese mundo.
Es por eso, que tratar a la psoriasis como una enfermedad puramente cutánea, es un grave error.
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria con placas eritematoescamosas, que ocasionan alteraciones en la calidad de vida del paciente.
La apariencia física de una persona es cómo la ven y perciben otros individuos. Es uno de los componentes principales de la comunicación no verbal.
En la 67ª Asamblea Mundial de la Salud, los miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) adoptaron una resolución sobre la psoriasis, reconociéndola como:
”Una enfermedad crónica, no contagiosa, dolorosa, deformativa e incapacitante para la que no hay cura”.
Cuando hablamos de calidad de vida, ya sea de una persona, de un grupo de personas o incluso de animales, estamos haciendo referencia a todos aquellos elementos que hacen que esa vida sea digna, cómoda, agradable y satisfactoria. En el caso de los seres humanos, los elementos que contribuyen a contar con una calidad de vida pueden ser tanto emotivos como físicos, materiales y culturales. En este sentido, la calidad de vida de una persona está dada en primer término por la posibilidad de vivir de manera agradable con sus pares, principalmente con el grupo que forma su familia y que le da identidad.
Hay varios factores que pueden afectar la calidad de vida de un paciente con psoriasis:
Factores Físicos: picor, piel irritable, dolor, insomnio, dificultad para usar las manos o caminar.
Factores Psicológicos: pueden sentirse muy incómodos incluso cuando nadie nota la enfermedad. Sienten vergüenza, frustración, desesperanza, ira, estigmatización, miedo al rechazo (por ejemplo ir a la playa, a la peluquería, al gimnasio, etc.
Impacto social: se sienten inhibidos a la hora de dar la mano, de acudir a actos sociales, usar determinada ropa que les deje los brazos o piernas al descubierto.
Relaciones sexuales: se sienten menos atractivos.
Trabajo: miedo a trabajar de cara al público, pérdida de días de trabajo por los brotes o por el tipo de tratamiento y rechazo por parte de desconocidos.
El Estrés tiene un importarte impacto psicosomático y puede ejercer un importante papel en las exacerbaciones de la enfermedad.
También el deterioro de la vida de los pacientes, se ha asociado al consumo de alcohol, tabaquismo, uso de sedantes y antidepresivos.
La presencia de lesiones puede llegar a una disminución de la autoestima afectando de manera negativa la vida al paciente. Ellos presentan temor, ansiedad de moderada a severa, estado depresivos e ideación suicida.
Se registró que 9.7% y 5.5% de los pacientes presentan deseo de muerte o idea suicida aguda, respectivamente (Gutpa y col).
En el ámbito laboral, el absentismo es una de las mayores preocupaciones, con una media de 26 días de ausencias (Galiano y col). Por esta razón los pacientes tienen una carga financiera aumentada por costos del tratamiento.
La calidad de vida también se ve afectada por la adherencia al tratamiento. Los pacientes esperan un tratamiento eficaz y de fácil aplicación que permita, sino la curación de la enfermedad, al menos una clara y rápida mejoría. Pero la adherencia al tratamiento es afectada por factores psicosociales como la resignación, los síntomas depresivos asociados, ansiedad y la actitud negativa frente a la medicación.
Esto se puede ver reflejado en la siguiente gráfica:
El objetivo del tratamiento, en términos de calidad de vida, incluye la mejoría de la síntoma de depresión y ansiedad, reducción del deterioro en la esfera sexual, mejoría de la productividad laboral y que los pacientes puedan continuar con su vida normal.
